GMAT 690, background en Finanzas, tercio en la UP... ¿Crees que seré admitido a una TOP?

Juan siempre quiso estudiar un MBA en una buena universidad de los Estados Unidos. Así que luego de mucho esfuerzo, se sacó 690 en el examen GMAT. Y en el TOEFL tiene un muy decente 113.

Considerando que él sólo quería universidades Top (Wharton, Chicago, MIT, etc.), yo le sugerí que volviese a rendir el GMAT para llevarlo, por lo menos, a un 720. Y es que el puntaje de 690 no es malo, de hecho, es muy bueno. Sucede que todas las opciones de Juan eran Top y su puntaje estaba por debajo del promedio de todas. Y es que, si bien existía la posibilidad de ser admitido con un 690, lo más probable es que muchas – o todas – lo vayan a rechazar sólo por un puntaje debajo del promedio.

Además, si bien su experiencia laboral era buena, digamos que estaba dentro de lo que cualquier buen profesional hace hasta sus 28 años. Trabaja en un sitio que muchos consideraríamos un buen trabajo, en el departamento de Finanzas de una empresa grande, pero que en verdad no era nada fuera de lo común o resaltante desde el punto de vista de un comité de admisión. Es decir, personas que vienen del área de Finanzas y postulan a una Maestría Top, hay miles. Y a pesar de que las historias de sus ensayos estaban buenas, eran historias que yo las considero buenas y – palabra clave – normales. Para que se entienda, un perfil de – digamos – una psicóloga trabajando en Marketing en una transnacional de consumo masivo que a sus 28 ya tiene un puesto de Gerencia, podría ser visto como más único y atractivo.

La entrevista de Juan también había sido buena, y ni qué decir de la universidad. Terminar en la Pacífico en el tercio superior en Economía no es poca cosa. Pero recuerden, las Escuelas de Negocio Top reciben muchas aplicaciones de todas partes del mundo y tienen que elegir entre los mejores. Digamos que Juan tiene el puesto 10 de su clase en la UP. Pero qué pasa si el primer puesto (Maes Heller) de la misma clase también postula a la misma universidad. Claramente el primer puesto tiene la ventaja de ser admitido.

En resumen, Juan tiene una aplicación buena, pero nada que lo ponga delante de la fila.  

Yo insistí mucho en que rinda de nuevo el GMAT, que le iba a costar tiempo y dinero, pero que valdría la pena. Juan no quiso, llegó a odiar el examen y lo entiendo, pero ésta era realmente su mejor carta para mejorar su perfil en el corto plazo.

Para hacer una larga y dolorosa historia corta, ninguna de las universidades que aplicó (léase MIT, Wharton, Berkeley, Harvard, Kellogg y los otros sospechosos comunes) lo admitió directamente. Sólo una universidad lo puso en lista de espera. Y esa espera fue muy larga. Tuvimos que tener una estrategia post – postulación para que, a pesar de todo, sus chances mejoren y ver la posibilidad de que lo admitan.

Pero esa es otra historia que contaré luego.

Cheers!

Oscar Pina-Lozada, CFA