Cómo sobrevivir a un MBA en el extranjero con poco dinero

Cuando me fui a estudiar a los Estados Unidos, y a pesar de recibir bastante ayuda financiera de la misma universidad, aún necesitaba más plata porque no me alcanzaba para todo. Además de la pensión, tenía que pagar comida, ropa de invierno, cama, escritorio, libros, la laptop de última generación, los viajes dentro de USA para los eventos del MBA, el pasaje a Perú para visitar a la familia en Navidad, y un largo etcétera.

De hecho, en la entrevista que tuve para sacar la visa de estudiante en la embajada, pude demostrar con las justas que tenía suficientes recursos para pagar un año de estudios - el cual es el requisito económico mínimo para que te otorguen la visa. Y es así que durante el primer ciclo, los jueves por la tarde, luego de que mis clases habían terminado, caminaba por toda la ciudad (College Town) en busca de un trabajo adicional.

Caminé religiosamente por todos lados: el gimnasio de la universidad, la biblioteca, visité a profesores que ni conocía y buscaba convencerlos de que yo los podía ayudar en sus investigaciones. También fui a charlas dirigidas “a los alumnos pobres”, en donde te daban tips de cómo ahorrar dinero y hasta cómo sacar vales de comida que el gobierno regala.

Mientras tanto seguía transcurriendo el primer ciclo y mi plata seguía reduciéndose, pues a pesar de que el MBA es una experiencia top en tu vida, es demandante en recursos. Cada vez que visitaba a mis posibles empleadores, no me aseguraban nada por el momento, pues el ciclo ya había comenzado.

Hasta que llegó la época navideña. Viajar a Lima era totalmente prohibitivo en estas fechas. No obstante, el mismo 25 de diciembre se abrió una oferta, pues supongo que nadie quiere viajar en Navidad y regresar el 31 de diciembre. Yo sí, y estuve unos días en Lima que me sirvieron para revivir la tenacidad y perseverancia que contagia nuestro país, antes de regresar al invierno en el hemisferio norte.

Recién por esos días me comenzaron a llover ofertas de trabajo, justo antes de comenzar el segundo ciclo (en el MBA son 4 ciclos). Recibí ofertas como jefe de prácticas de Español, jefe de prácticas de un curso de Excel, jefe de prácticas de Finanzas, asistente de investigación con un profesor, secretario en el rectorado, asistente en la biblioteca y una oferta para manejar un millón de dólares de uno de los fondos de la universidad.

Obviamente no podía tomar todos los trabajos, así que tuve que agradecer a muchos y optar por las opciones que me eran más interesantes.

Y así pude terminar de financiar mi MBA, sin tener que llegar a vender uno de mis riñones. Incluso si no tienes los recursos, hay formas en las que puedes terminar de estudiar en una universidad top. Si te admiten, te vas. Es un hecho. Siempre es saludable irse con dinero para casa, comida, ropa y por supuesto, pagar el tuition (pensión) de la universidad. Pero si se te acaban las monedas antes de lo planeado, depende de cada uno seguir adelante para acercarse al éxito.

Esta experiencia me enseñó a nunca rendirme, a mirar adelante y a revalorar la cultura de esfuerzo propia de nuestro país. El ingenio peruano permite que busquemos la forma de recursearnos y aprovechar las oportunidades para completar lo que tanto esfuerzo nos ha costado obtener.

Oscar Pina-Lozada, CFA