Millenials: La paciencia es una virtud

Cuando uno es joven, a veces uno piensa que se puede hacer todo, al mismo tiempo y rápido. Uno quiere viajar por el mundo, estudiar, comprarse un departamento, salir todos los fines de semana, y todo al mismo tiempo. Y te bajas todo un playlist de Spotify al toque, en una línea de internet rápida.

Por otro lado, las cosas buenas, duraderas, sólidas, toman su tiempo. Por ejemplo, consolidar una amistad, es algo que no se hace en unos días o meses; a veces toma toda una vida.

Y es ahí donde surge el conflicto típico del estudiante que quiere rendir un examen internacional. Por un lado, muchos creen que estos exámenes (GMAT, TOEFL) son unos exámenes más: “como un final de curso de la universidad”. Otros opinan que, porque en su colegio estudiaron inglés, ya están listos para rendirlos casi sin estudiar. Otros dicen que son ingenieros, y en consecuencia sus matemáticas están en perfecto estado – si pasaron Mate 3, el GMAT va a ser un paseo.

En realidad, cuando uno quiere rendir un examen de estos – sobre todo el GMAT, SAT o GRE – tiene que considerar que son exámenes que evalúan habilidades que se aprenden durante muchos años, en el periodo que uno es estudiante, desde la secundaria hasta la universidad, básicamente. Y no solo eso, sino que además uno tiene que tener un desempeño muy por encima del promedio para lograr puntajes competitivos que permitan aumentar las posibilidades de ingresar a las mejores universidades del mundo.

Es decir, uno no debe de subestimar a estos exámenes, así tengas inglés nativo y seas físico nuclear.

Está el caso del alumno que viene y me dice que estudió en un colegio inglés en Lima, y que todos sus cursos eran en inglés, y cuando se va de viaje a los Estados Unidos, no tiene ningún problema en comunicarse. Además, estudió Ingeniería Industrial en una universidad en Lima y, en consecuencia, tanto la parte verbal como la parte matemática serán fáciles para él. Y su meta es rendir el examen en los siguientes 30 días. Lo que busca con nosotros es que le demos unos tips, ver ejercicios típicos, algo rápido, que lo deje listo con tanto sólo unas clases y algunos simulacros para rendir y sacar un puntaje alto en los exámenes. Y practicar, practicar, practicar – nada de teoría porque le aburre.

Esa persona, sin conocerla, tiene una baja probabilidad de que logre sus objetivos. No porque no sea inteligente, sino porque no tiene el tiempo para que madure una buena postulación. Es como esperar que un bebé con 5 meses de gestación esté listo para salir del vientre de su madre. En cambio, si espera cuatro meses más, y se cuida mucho, estoy seguro de que ese bebé va a nacer fuerte y sano. Algo simular sucede con estos exámenes.

Mi recomendación es que comiencen su preparación lo antes posible, y no hagan la típica de esperar hasta el último minuto, que eso siempre les va a traer problemas. Lo mejor y recomendable, es comenzar un año antes, hacer todo bien y en los tiempos adecuados.